Tercer Mundo

He sufrido ya todas esas enfermedades.
Que son propias y terribles de cualquier habitante -como yo- del tercer mundo.
Tengo destrozados, por el tiempo y los malos hábitos, un par de órganos.
Porque en mi casa no nos enseñaron a ser previsorios con la salud.
 He llevado el corazón sucio y comprometido.
 Esa extraña enfermedad también.
Porque cuando uno se enamora, se entrega desbocado y espléndido a cualquier abismo con falo o con vagina, a cualquier nombre de él o ella.
Y los del tercer mundo hemos aprendido bien la tarea.
 sufrimos más el amor porque tenemos la sangre,
 como dicen los franceses: “Un peu plus chaud”

 Los que estamos al borde de nuestros veintes
Estamos sufriendo eso que yo llamo “detención en el tiempo”
Tenemos miedo de ese futuro desafiante que se abre paso sin cesar
Todos nos dicen que ya es momento de actuar
Pero no vemos aún el plató donde descargar todo lo que hemos aprendido a actuar los últimos años.
 Yo me agarro con una fuerza inocente e indómita
A un pájaro azul
 A quién he concedido por antonomasia, poderes mágicos:
 Que me salvará,
 que me llevará,
 que me atrapará,
 que me amará.
 Un pájaro que parece sacado de una película
De esas tristes y de amor,
 De esas tristes y ridículas en donde la protagonista a punto de morir
Le dice que es guapo y gentil; que debería, por favor, pintar las paredes, comprar muebles en vez de libros y creer en el amor.

 Los que estamos terminando nuestros veintes
Estamos sufriendo, y queremos ese mundo que  nos prometieron
Queremos ese pequeño paraíso personal
que los poetas anteriores, los poetas de mentiras, los intelectuales, -esos que sufren por una pobreza inconsciente- nos pronosticaron.

 Estamos sufriendo las utopías de un par de fanáticos.

 Los que realmente somos sensibles y pobres y miserables
 No por opción propia, ni por encomienda divina y/o pasajera
 Sino, porque nacimos así. Estamos sufriendo.
 De verdad que estamos sufriendo.

 Porque el amor ya no parece ser tan suficiente.
 Porque ya no queda tiempo para hacer el amor
 Y tampoco, para hablar desde el alma debajo de las sábanas.
 Porque soñar ahora duele.
 Porque a veces algún órgano se desangra.
 Porque los cuadernos ya no guardan letras secretas
 Porque el futuro se conjuga en un tiempo diferente cada minuto
 Descubrimos, que los pájaros no son tan libres como creímos
 Y que no pueden volar por las noches.
 Ni tú,
 ni yo
 somos tan libres como creímos.
 Ni tú,
 Ni yo
 Podemos volar por las noches.

 Me enraízo a la nada
Y me obligo a caminar con esa lentitud inaudita de los días.
 Esta tierra de tristes románticos / alegres mentirosos
 me obliga a olvidar las marcas indelebles con las que nacimos

 Nosotros,
 los pobres
 y los soñadores.
 Estos del tercer mundo.

Imagen de Becca Schultz

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Amé tus letras. Quiero más.
Shir Camacho ha dicho que…
Después de un Mayo 16, deberías retomar un Diciembre 30.
Encantada con tus letras!

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