Tú,tú,tú,tú...perro callejero y aquel día de Marzo.
Esta historia no va a ser sencilla.
Yo era normal hasta que apareciste.
Tenía mis días grises,
mis gripas mentales…
…mis fiebres de amor.
Incluso, me he intoxicado con tristezas,
con soledades,
con bandoneones
y blues.
Yo era normal.
Y medianamente feliz.
Cocinaba besos y caricias
para algún hombre lobo hambriento
luego, si hacia falta, me enamoraba
de él o del amor.
En el peor o mejor de los casos,
-no lo sé-
a veces, de los dos.
Recolectaba música que sugiriera un recuerdo
o algo para escribir.
Y así el tiempo pasaba.
Yo, reinventaba pasiones,
componía un buen blues con mi pequeña ana blue
y el mundo se paralizaba los fines de semana.
Tenías que ser tú diferente,
revolucionando hasta mis sueños,
desestabilizando mis días normales,
mordiendo mis dedos, como un perro callejero.
No sé porque, pero sin tú saberlo, me persigues como un fantasma.
Escucho a Frank y siento la necesidad de
cantarte despacito al oido:
“Strangers in the night
Exchanging glances
Wondering in the night
What were the chances
We'd be sharing love
Before the night was through…
Something in your eyes
Was so inviting…
Something in you smile
Was so exciting…
Something in my heart
Told me I must have you…”
Me paso los días desmenuzando todos tus nombres
de todas las formas posibles, bah!, no sabes cuanto…
Tenías que aparecer ¡tú!
a cambiarle la iluminación a mis amaneceres,
a convertirme en un epígrafe,
a ilusionarme antes de un beso,
o de una palabra…
justo antes, mucho antes
de que algo realmente pasara.
Cuando te tengo y no te tengo
aprovecho para practicar un poco de amor.
Ya sé como abrazarme a tu cintura,
sé como iniciar un beso
como terminarlo
y en donde.
He dormido abrazada a tu pecho muchas veces,
también he acariciado cada centímetro de tu piel,
no sabes, claro que no lo sabes!
todo lo que he abusado de ti.
Yo era normal hasta que apareciste.
Tenía mis días grises,
mis gripas mentales…
…mis fiebres de amor.
Incluso, me he intoxicado con tristezas,
con soledades,
con bandoneones
y blues.
Yo era normal.
Y medianamente feliz.
Cocinaba besos y caricias
para algún hombre lobo hambriento
luego, si hacia falta, me enamoraba
de él o del amor.
En el peor o mejor de los casos,
-no lo sé-
a veces, de los dos.
Recolectaba música que sugiriera un recuerdo
o algo para escribir.
Y así el tiempo pasaba.
Yo, reinventaba pasiones,
componía un buen blues con mi pequeña ana blue
y el mundo se paralizaba los fines de semana.
Tenías que ser tú diferente,
revolucionando hasta mis sueños,
desestabilizando mis días normales,
mordiendo mis dedos, como un perro callejero.
No sé porque, pero sin tú saberlo, me persigues como un fantasma.
Escucho a Frank y siento la necesidad de
cantarte despacito al oido:
“Strangers in the night
Exchanging glances
Wondering in the night
What were the chances
We'd be sharing love
Before the night was through…
Something in your eyes
Was so inviting…
Something in you smile
Was so exciting…
Something in my heart
Told me I must have you…”
Me paso los días desmenuzando todos tus nombres
de todas las formas posibles, bah!, no sabes cuanto…
Tenías que aparecer ¡tú!
a cambiarle la iluminación a mis amaneceres,
a convertirme en un epígrafe,
a ilusionarme antes de un beso,
o de una palabra…
justo antes, mucho antes
de que algo realmente pasara.
Cuando te tengo y no te tengo
aprovecho para practicar un poco de amor.
Ya sé como abrazarme a tu cintura,
sé como iniciar un beso
como terminarlo
y en donde.
He dormido abrazada a tu pecho muchas veces,
también he acariciado cada centímetro de tu piel,
no sabes, claro que no lo sabes!
todo lo que he abusado de ti.
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